La riqueza de la educación no está en homogenizar, tampoco en responder a las necesidades de un grupo de niños iguales, sino en acoger que, dentro de esa aparente igualdad, existe una gama muy amplia de individualidades. Incluir significa reconocer la diferencia y crear a partir ésta. Aprender desde la comprensión del otro que, por ser distinto, me brinda una visión más amplia del mundo y sus realidades.
El Liceo los Andes se inició con la vocación de ser un espacio
en el cual todos los niños y jóvenes pudieran aprender no solo
contenidos académicos, sino también habilidades que les
permitieran relacionarse con sus pares, consigo mismos y con
la cultura, haciendo así lazo social. Desde el inicio pensamos
que cada uno de los miembros de la comunidad educativa,
desde su propia historia y características, es un aporte a la
conformación grupal. Esa es nuestra vocación de incluir.
Un enfoque inclusivo en educación implica no solo tolerar, sino
respetar la individualidad, valorando el lugar desde el cual cada
uno de nosotros puede aportar.
Respondiendo a esta vocación, creamos desde el inicio tres
programas de apoyo más individualizados para nuestros
estudiantes:
Las personas tienen distintas formas de aprender; no
siempre esas formas particulares calzan con la
propuesta escolar general. Algunos niños y jóvenes
necesitan una lectura más cercana, algo más de tiempo
o herramientas personalizadas.
El programa de psicopedagogía se creó pensando en
aquellos niños y jóvenes que pueden seguir los
programas académicos generales, pero con cierta
mediación que los ayude a involucrarse con el saber y a
manejar sin angustias la experiencia de aprender.
El Liceo los Andes, a través de este programa, proporciona estas
instancias, minimizando, en la medida de lo posible, la necesidad
de profesores por la tarde para no invadir los tiempos de juego,
descanso o de búsqueda de intereses distintos a los académicos.
En la secundaria la atención psicopedagógica toma el nombre de
Tutoría y Seguimiento. Este programa ofrece a los estudiantes y
sus familias una continuidad al apoyo que recibieron en la primaria,
con los matices necesarios para adaptarse a las características de
un adolescente en búsqueda de autonomía y pertenencia social. El
propósito de Tutoría y Seguimiento es brindar un acompañamiento
académico en la cotidianeidad, procurando a su vez formar jóvenes
capaces de resolver, gestionar y tomar sus propias decisiones.
Este programa crea espacios en los cuales es posible encontrar
nuevas maneras de mirar y escuchar, de pensar en los tiempos de
cada uno para de esa manera diseñar opciones diferentes e ir
armando una propuesta pedagógica adecuada. En algunos casos,
estos niños y jóvenes necesitan un mediador que les permita crear
un lazo que posibilite, por un lado, acercarse a su lengua privada, y
por otro, acompañar su tránsito por el espacio escolar, en el cual las
relaciones e interacciones son tanto académicas como afectivas.
Estos programas aportan, acompañan e intervienen en el diseño de
una propuesta inclusiva e integral para toda la unidad educativa.