Sujetos con su propia visión del mundo, que sean capaces de asumir la construcción de sí mismos a partir del conocimiento y las experiencias.
Jóvenes sensibles a la diferencia, solidarios, colaboradores, tolerantes y respetuosos del otro, de estilos de vida y culturas diferentes.
Seres humanos formados para asumir su ciudadanía y su futuro desde el respeto a las normas de convivencia y principios democráticos.
Personas preparadas para que puedan enfrentar y resolver los problemas individuales, así como aquellos que surgen de la vida en grupo, que comprenden la necesidad de hacer acuerdos como una forma de asumir responsabilidades y compromisos, que dialogan para resolver diferencias.
Capaces de usar la palabra y la razón para argumentar sus ideas, sostener su criterio, acordar o diferir en la discusión a partir del respeto por la opinión del otro y siempre desde fuentes confiables.
Reflexivos, con criterios de análisis válidos ante las propuestas de la sociedad del consumo.
Estudiantes que consideran al adulto como un interlocutor válido para lo que piensa y siente.
Conscientes del conocimiento como un saber que evoluciona, abiertos a los cambios y desafíos.
Sujetos implicados en el conocimiento de las problemáticas contemporáneas y puedan comprender así el mundo actual.
Jóvenes con sólidas destrezas lingüísticas que se manejen en una sociedad de comunicación oral y escrita necesarias en el mundo globalizado.
Bilingües, con un nivel de inglés que les permita ingresar fácilmente a cualquier universidad ecuatoriana o del extranjero.
Personas que interpretan el arte en las distintas prácticas culturales.
Jóvenes con capacidad de trabajo en grupo, listos para asumir los distintos roles necesarios en cada momento del proceso grupal.
Estudiantes que usan la tecnología como una forma de comunicación y aprendizaje, conforme a la ética y el respeto a los demás.
Jóvenes apegados a la ciencia en la comprensión de las leyes naturales y apoyados en el pensamiento científico.