El Liceo Los Andes se fundó en 1983 como una institución educativa que planteaba una propuesta diferente. La experiencia universitaria y las prácticas de las 4 fundadoras habían puesto en evidencia al sistema escolar como un sistema que no estaba respondiendo a las necesidades de los niños y que, muchas veces, era este mismo sistema el que generaba los problemas que después no sabía cómo resolver.
Por este motivo, se fue gestando la idea de hacer un colegio nuevo, diferente, cálido en su acogida a los chicos, que respete las formas naturales de aprender, que escuche la palabra infantil, que asuma la responsabilidad de buscar respuestas para cada niño y que oriente a los padres.
Quienes trabajamos en el Liceo los Andes creemos que las palabras son la mejor vía para conocernos a nosotros mismos y a los otros, son el medio que nos permite llegar a acuerdos y hacer mediaciones, motivo por el cual estamos comprometidos a orientar a las familias, no sólo en aspectos pedagógicos, sino también de la vida emocional de nuestros estudiantes.
Consideramos que es necesario formar jóvenes críticos, investigativos y autónomos, capaces de enfrentar los cambios de un mundo exigente y diverso. Y es así como nos constituimos como una instancia que busca despertar desde los primeros años el interés y la curiosidad por las ideas y la ciencia, convirtiéndose en un lugar de encuentro entre el individuo, la cultura y el saber.
En el año 2004 creamos la secundaria, con los mismos preceptos, solo que esta vez orientados hacia los adolescentes. La investigación en las universidades nos ratificó que las habilidades de comprensión, exposición, redacción, razonamiento, iniciativa y fortalezas que estábamos trabajando desde la primaria, eran los pilares para la construcción del currículo de estudio. La necesidad de proponer temáticas más acordes con los intereses juveniles y la comprensión de la complejidad del adolescente, entendiéndolo como un individuo en crecimiento, permitió definir el perfil del estudiante que queremos formar asumiendo que ser jóvenes no es lo mismo que antes y que no hay una sola manera de serlo.
